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ZAPALLITO DE TRONCO

OIDIO
 

AUTOR: Ing. Agr. Dra. Beatriz A. González - Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: diciembre de 2016
 
1. Síntomas
El primer síntoma es el marchitamiento de las hojas, sin cambio de color (Fig. 1). El mismo está ocasionado por una podredumbre húmeda de la parte superior de las raíces y la corona, la que se torna de color claro para luego tomar color oscuro (Fig. 2). Las hojas finalmente mueren y en la corona la afección progresa internamente sin destruir los vasos, los que se tornan secos al quedar libres del tejido parenquimático que los contenía. Los frutos que tocan el suelo también pueden resultar podridos.
Sobre las lesiones se puede formar un moho de color blanco o rosa, e inclusive en el interior de las coronas afectadas.

2. Otras enfermedades semejantes
Los síntomas de la fusariosis de la corona se pueden confundir fácilmente con los producidos por  Phytophthora capsici, pero el signo permite distinguir estas enfermedades. Mientras que Fusarium produce un moho blanco o rosado algodonoso, P. capsici se expresa como un moho grisáceo, compacto.
En otras regiones productoras del mundo también se cita a Fusarium oxysporum afectando a distintas especies de cucurbitáceas, y en el país se lo ha descrito en Jujuy en zapallito de tronco. En este caso las hojas más viejas primeramente pierden brillo y luego se tornan cloróticas; con posterioridad sobreviene marchitamiento y muerte de las plantas.

3. El patógeno
El patógeno es un hongo, F. solani f. sp. cucurbitaceae. El moho que se observa en el campo corresponde a esporodoquios con macroconidos. También forma microconidos y clamidosporas; estas últimas son estructuras de supervivencia. Se han identificado dos razas de este patógeno, la I afecta coronas, raíces y frutos y es de amplia distribución; la II solo pudre a los frutos y se encuentra restringida a algunos lugares de USA.

4. Dispersión y supervivencia
F. solani f. sp. cucurbitaceae infecta a las semillas tanto externa como internamente, donde puede sobrevivir 1 a 3 años. Si bien aparentemente el patógeno no afecta la viabilidad y poder germinativo de las semillas, su peligrosidad radica en que son el medio de ingreso del hongo en un lote o región. En  el suelo el patógeno tiene muy poca capacidad de movilidad, pero puede ser llevado en herramientas, equipos o calzado sucios; también puede ser dispersado por el agua.
En el suelo este hongo sobrevive como clamidosporas, pero estas estructuras tienen una viabilidad de solo 2-3 años.

5. Otros hospedantes
La podredumbre de la corona de los zapallos es una enfermedad que afecta a todas las cucurbitáceas.

6. Manejo y control
Las recomendaciones de manejo incluyen la rotación de 3 a 4 años sin cucurbitáceas. Las semillas deben ser sanas cuando son empleadas en lotes libres de la enfermedad, así como después de las rotaciones.
En los invernáculos la solarización tiene buenos resultados y su efecto puede acelerarse usando en forma conjunta biofumigación. Tanto en estos casos como cuando se aplican tratamientos de suelos, la efectividad es menor si la carga de inóculo es grande como consecuencia de monocultivo.
Se asegura que las semillas de producción propia estén libres de la enfermedad si se las tomas de frutos sanos y su extracción se realiza en un lugar protegido de fuentes de inóculo, como frutos almacenados o cultivos vivos.
Se debe tener en cuenta que las semillas se comercializan tratadas con un fungicida de contacto, el que no resulta efectivo para F. solani f. sp. cucurbitaceae, porque este patógeno coloniza a la simiente tanto externa como internamente.
Una alternativa consiste en tratar a las semillas con agua caliente, si previamente  se comprobó,  mediante un análisis sanitario, la presencia del patógeno.  Para otras especies de cucurbitáceas se aconseja 55 ºC durante 15 minutos o 50 ºC durante 20 min. Este procedimiento se debe realizar en un baño termostático, para asegurar que la temperatura sea constante; se debe considerar que este tratamiento disminuye la viabilidad.
 
7. Bibliografia
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http://www.apsnet.org/publications/apsnetfeatures/Pages/CrownFootRotSquash.aspx (29/10/15).

Mc Grath, M.; Wyenandt, A. & Holmstrom, K. 2016. Managing pathogens inside seed with hot water. Disponible en:
http://vegetablemdonline.ppath.cornell.edu/NewsArticles/HotWaterSeedTreatment.html (29/03/2016).

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Disponible en: https://extension.umaine.edu/ipm/ipddl/publications/5093e/ (17/03/2016).

Zitter, T.A. 1998. Fusarium diseases of cucurbits. Disponible en: http://vegetablemdonline.ppath.cornell.edu/factsheets/Cucurbits_Fusarium.htm#Click1 (29/10/15).

Zitter, T.A.; Hopkins, D.L. & Thomas, C.E. 2004. Plagas y enfermedades de las cucurbitáceas. Ediciones Mundi-Prensa. 88 pp.
 
 
 

 
AUTOR: Ing. Agr. Dra. Beatriz A. González - Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: diciembre de 2016
 
 
El zapallito de tronco es afectado por el oídio, al igual que la mayoría de las cucurbitáceas. La enfermedad tiene amplia distribución mundial y causa pérdidas cuantiosas. El patógeno es un hongo de crecimiento superficial, pero utiliza los nutrientes producidos por las plantas. Por ese motivo disminuye los rendimientos y en otras  especies de zapallos también provoca la deformación de los frutos.
 
1. Síntomas
La enfermedad comienza como pequeñas manchas redondeadas de moho blanquecino y pulverulento sobre los tejidos verdes (Fig. 1); en general se inicia en la cara inferior de las hojas más viejas (Fig. 2). Las manchas locales con el tiempo confluyen cubriendo en forma homogénea toda la superficie foliar (Fig. 3). En ataques severos los pecíolos también resultan afectados (Fig. 4). En algunas oportunidades, las manchas se tornan de color grisáceo (Fig. 5), con presencia de puntos negros sobre ellas. Se trata de picnidios pedicelados de un hongo hiperparásito del oídio (Ampelomyces sp.) (Fig. 6).
Las plantas muy afectadas tienen hojas de menor tamaño y las inferiores se tornan cloróticas, muriendo prematuramente.
La reducción de rendimientos que produce la enfermedad es proporcional a su severidad y a la cantidad de tiempo durante el cual las plantas estuvieron afectadas. En zapallito de tronco el oídio no coloniza a los frutos y éstos sufren poca disminución en su tamaño. El mayor efecto es el menor número de frutos por planta y eventualmente el acortamiento del período de cosecha.
En otras cucurbitáceas el hongo puede cubrir no solo hojas, sino también yemas, pecíolos, tallos jóvenes y frutos.
 
2. Otras enfermedades semejantes
El oídio es inconfundible, tanto en las cucurbitáceas como en otros hospedantes. Como el hongo tiene crecimiento superficial, se puede retirar con la mano, descubriéndose el tejido vegetal intacto.
 
3. El patógeno
La enfermedad es producida por patógenos muy semejantes, cuya clasificación y nomenclatura es controversial en la literatura. Los más importantes son Golovinomyces cichoracearum (Syn. Erysiphe cichoracearum) y Podosphaera fusca (Syn. Podosphaera xanthii; Sphaerotheca fuliginea). Ambas especies tienen conidios de morfología muy semejante, pero en los de la segunda se observan cuerpos cristalinos al realizarse preparados con KOH 3 %. Los dos patógenos pueden estar presentes en un cultivo, si bien se diferencian en el rango de hospedantes, requerimientos ambientales y distribución geográfica. P. fusca es más agresivo. Estos patógenos son muy variables en cuanto  a patogenicidad, virulencia y respuesta a fungicidas, lo que se expresa en la existencia de patotipos y razas.
Ambos se reproducen en forma asexual; los conidios son unicelulares, hialinos, organizados en cadenas. Los cleistotecios, estructuras de reproducción sexual, en general no se producen porque las dos especies son heterotálicas. 
 
 
4. Progreso de la enfermedad
Los oídios tienen un ciclo de vida muy semejante. Las manchas sobre los tejidos vegetales son colonias del hongo, constituidas por micelio superficial. Algunas hifas penetran en las hojas, progresando entre los espacios intercelulares. Desde allí, perforan la pared celular y forman una estructura llamada haustorio, que invagina la membrana de la célula vegetal, por lo que no la mata, pero absorbe los nutrientes que ésta produce. Sobre el micelio se forman numerosas cadenas de conidios unicelulares y hialinos. Estos son desprendidos por las corrientes de aire y dispersados a grandes distancias; pueden sobrevivir unos pocos días. Constituyen el inóculo primario, el que puede provenir de otros hospedantes, invernáculos e inclusive de  zonas lejanas.
El ciclo de vida del oídio es muy corto; entre la aparición de una mancha y el comienzo de la esporulación transcurren 3 a 7 días.
 
5. Época de presencia de la enfermedad
En la zona NE de Buenos Aires la enfermedad se presenta desde noviembre-diciembre hasta que los cultivos son quemados por las primeras heladas.
 
6. Condiciones predisponentes
El oídio es afectado negativamente por la lluvia; la humedad relativa baja es favorable para la colonización, esporulación y dispersión del inóculo. Sin embargo, el ambiente húmedo prolonga la supervivencia de los conidios y acelera la infección. Es por eso que bajo esas condiciones la enfermedad progresa rápidamente, especialmente en los tejidos sombreados, de las hojas inferiores de siembras densas. Con HR bajas el proceso no se detiene, sino que se hace más lento.
Las temperaturas óptimas son de 15–25 °C  para Golovinomyces cichoracearum y 25–30 °C para Podosphaera fusca. Es por ello que la primera especie es prevalente en zonas o condiciones templadas, mientras que la segunda predomina en regiones tropicales y subtropicales, verano e invernáculos. En éstos últimos la enfermedad es potenciada por la baja luminosidad, la humedad elevada y la escasa circulación de aire.
 
 
7. Otros hospedantes
Golovinomyces cichoracearum  es el oídio dominante en asteráceas (compuestas) y cucurbitáceas. Podosphaera fusca tiene un amplio rango de hospedantes, pero los más importantes son las cucurbitáceas.
 
8. Manejo y control
Las rotaciones de cultivo no tienen prácticamente efecto porque los conidios se encuentran siempre presentes, como consecuencia del amplio rango de hospedantes y su movilización a distancia por el viento. Si bien existen variedades resistentes para algunos zapallos cultivados en el Hemisferio Norte, no se ha mejorado al zapallito de tronco con esa finalidad.
Las plantas no deben tener crecimiento exuberante, para lo cual no se deben aplicar dosis excesivas de fertilizantes, especialmente nitrogenados y los riegos deben ser moderados. Además se deberá ajustar la densidad de siembra para que las hojas inferiores no resulten sombreadas en demasía. En invernaderos es necesario mantener baja la humedad ambiente mediante una buena ventilación.
La aplicación de fungicidas es efectiva, siempre que se comience con productos protectores antes de que se manifieste la enfermedad, continuando con erradicantes, apenas se empiezan a observar los primeros síntomas. Se debe tener en cuenta que las lesiones iniciales aparecen en las hojas más viejas, sombreadas y con frecuencia en la cara inferior. Por ese mismo motivo las aplicaciones deben asegurar que los productos lleguen a ambas caras de las hojas.
Es importante, además, realizar rotaciones de  productos, porque el oídio rápidamente genera resistencias.
 
 
9. Bibliografía
Delhey, R.; Braun, U. & Kiehr, M. 2003. Some new records of powdery mildew fungi from Argentina. Schlechtendalia 10: 79–90.
 
González Morejón, N.; Martínez Coca,  B. & Infante Martín, D. 2010. Mildiu polvoriento en las cucurbitáceas. Rev. Protección Veg.: 25 44-50.

Grubinger, V. 2005. Powdery mildew management on organic cucurbits. Disponible en:
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Lebeda, A.; Krıstkova, E.; Sedlakov, B.; Coffey, M. D. & Mc Creight, J. D. 2011. Gaps and perspectives of pathotype and race determination in Golovinomyces cichoracearum and Podosphaera xanthii. Mycoscience 52: 159–164.
 
McGrath, M.T. & Thomas, C.E. Oídio. 2004.Plagas y enfermedades de las cucurbitáceas. Eds. Zitte, T.A.; Hopkins, D.L. & Thomas, C.E. Ediciones Mundi-prensa. 88 pp.
 
Nome, C. 2014. Enfermedades de Cucurbita maxima Duchesne ex Lam. var. zapallito (Carr.) Millán (zapallito de tronco) En: ATLAS FITOPATOLÓGICO ARGENTINO. VOL. 4, N° 4. Editores: Nome, S.F.; Docampo, D.M.; Conci, L.R. ISSN 1851-8974. Córdoba, Argentina.
URL: http://www.fitopatoatlas.org.ar/Inicio.aspx#/Hospedante?Id= 2673 (10/6/15).
 
Nuñez-Palenius,  H.G.; Hopkins, D.  & Cantliffe, D.J. 2015.Powdery mildew of cucurbits in Florida. Disponible en: https://edis.ifas.ufl.edu/hs321 (10/6/15).
 
Pérez-García, A.; Romero, D.; Fernández-Ortuño, D.; López Ruiz, F.; De Vicente, A. & Torés, J.A. 2009. The powdery mildew fungus Podosphaera fusca (synonym Podosphaera xanthii), a constant threat to cucurbits. Molecular Plant Pathology 10: 153–160.
Tuttle McGrath, M. 2011. Powdery mildew of cucurbits. Disponible en: http://vegetablemdonline.ppath.cornell.edu/factsheets/Cucurbits_PM.htm (10/6/15).

 

 
AUTOR: Ing. Agr. Dra. Beatriz A. González - Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: diciembre de 2016
 
1. Síntomas
Las plántulas pueden ser afectadas durante la germinación, con producción de damping-off, tanto de pre como postemergencia.
Las plantas adultas comienzan a enfermarse en forma aislada. El primer síntoma que se visualiza es un marchitamiento foliar (Fig.1), producido tanto por la podredumbre de raíces como del tallo. La última puede ubicarse a diferentes alturas, tanto en la corona (Fig.2) como en el ápice (Fig.3). En un principio es aguanosa, pero rápidamente se deshidrata y toma color pajizo (Fig. 4). En los pecíolos el patógeno produce, si bien con poca frecuencia, machas redondeadas, también aguanosas (Fig. 5).
En los casos  que se siembran dos semillas juntas, en general primero muere una planta y a continuación comienza a marchitarse la adyacente (Fig. 6). Si el tiempo lluvioso continúa, son afectadas áreas importantes de los cultivos, las que dependiendo del movimiento superficial del agua y las condiciones del suelo, pueden ser rectilíneas (Fig. 7) o tomar patrones aproximadamente circulares (Fig. 8).
Los frutos también resultan podridos. La infección comienza a partir de la lesión del tallo (Fig. 9) o del inóculo presente en el suelo (Fig. 10).
El signo es un moho muy compacto, de color blanco-grisáceo que se forma abundantemente en los frutos (Fig. 11) y puede aparecer también en forma esporádica  en el tallo (Fig. 12). Su presencia permite identificar a esta enfermedad en el campo.
 
 
2. Otras enfermedades semejantes
La podredumbre de corona debida a Fusarium tiene síntomas muy semejantes. Se diferencian por el aspecto del moho que producen: el de Fusarium es algodonoso, color blanco a rosado, y el de P. capsici es siempre compacto, color blanco-grisáceo.
 
3. Presencia de enfermedad según estado fenológico de las plantas
La enfermedad puede afectar al zapallito durante toda su vida.
 
4. El patógeno
Hasta el presente la única especie que se ha encontrado afectando al zapallito de tronco en la zona NE de la provincia de Buenos Aires es Phytophthora capsici.
Phytophthora no es un hongo verdadero, pertenece al reino Straminipila, filo Ooomycota. Forma zoosporas con dos flagelos, los que se originan dentro de zoosporangios. En el caso de P. capsici estos son en general elipsoidales, papilados y caducos, con pedicelos largos (Fig. 13). La reproducción sexual de este pseudohongo es variable entre regiones. Se trata de una especie heterotálica, con presencia de los dos grupos de apareamiento en algunas zonas, con lo que se originan oosporas. En Argentina, hasta el presente solo se ha encontrado un grupo de apareamiento, por lo que la reproducción sexual no ocurriría. P. capsici no produce clamidosporas en condiciones naturales.
 
 5. Dispersión
El principal agente de dispersión de P. capsici es el agua. Los zoosporangios, al ser caducos, se desprenden con facilidad y resultan impulsados en forma vertical por el aerosol originado por la lluvia. Tanto éstos como las zoosporas también son arrastrados sobre el suelo por el agua. El uso de maquinaria, herramientas o calzado sucios contribuyen a la dispersión del patógeno.
 
6. Persistencia
Las oosporas le permiten a P. capsici persistir por varios años en el suelo. Sin embargo, en Argentina esta estructura no se formaría, por lo que el patógeno sobreviviría durante el invierno como micelio en rastrojos; también podría mantener sus poblaciones nutriéndose de raíces de malezas, e inclusive mediante una combinación de estas dos formas.
 
 7. Condiciones predisponentes
La enfermedad resulta muy agresiva cuando los cultivos se implantaron en suelos con drenaje lento, especialmente durante períodos lluviosos y con temperaturas elevadas (20- 30 ºC).
 
8. Otros hospedantes
Entre los hospedantes más importantes de P.capsici se encuentran el pimiento (Fig. 14) y la berenjena (Fig. 15), pero también afecta al tomate (Fig. 16), otros zapallos  (Fig. 17) (Fig. 18) y porotos.
 
9. Manejo y control
No se encuentran disponibles cultivares de zapallos resistentes a P. capsici.
Para evitar la enfermedad es aconsejable implantar los cultivos alejados de otros susceptibles, especialmente cuando se encuentran en una posición más elevada en la pendiente, desde donde de agua podría ingresar inóculo, por arrastre superficial. Así mismo, es muy apropiado asegurar la rápida eliminación del los excesos de agua de los entresurcos y con ese mismo fin, evitar riegos excesivos.
En lotes donde hubo presencia de la enfermedad se deberán realizar rotaciones de por lo menos tres años con no hospedantes. Con el fin de evitar la muerte de plántulas, a causa del inóculo presente en el suelo, se deben tratar las semillas con un fungicida específico para este tipo de patógenos. Para las plantas, se encuentran disponibles fungicidas, con acción tanto preventiva como curativa, pero se debe tener en cuenta para su aplicación, que la enfermedad es de evolución muy rápida y que el patógeno puede generar resistencias a varios productos. En superficies pequeñas es aconsejable revisar el cultivo unos días después de lluvias y eliminar las plantas  que se empiezan a marchitar, así como las vecinas sanas.
La implantación en camellones elevados y el uso de mulching es beneficioso, siempre y cuando el lote no tenga historia de presencia de la enfermedad, las posibilidades de introducción de inóculo sean bajas y no ocurran excesos hídricos frecuentes.
 
10. Bibliografía y links de interés

Babadoost, M. 2005. Phytophthora blight of cucurbits. The Plant Health Instructor. DOI:10.1094/PHI-I-2005-0429-01
 
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Gobena, D.;. Roig, J.; Galmarini, C; Hulvey, J. & Lamour K. 2012. Genetic diversity of Phytophthora capsici isolates from pepper and pumpkin in Argentina. Mycologia. 104:102-207.

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Iribarren, M.J.; González, B.A.; Borassi, C.; Ferri, A. y Steciow, M. 2012. Caracterización morfológica y molecular de aislamientos de P. capsici obtenidos de cultivos hortícolas del NE de la provincia de Buenos Aires. Libro de resúmenes de las XIV Jornadas Fitosanitarias Argentinas, San Luis Argentina, pág. 61.
 
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Meyer, M.D. & Hausbeck, M.K. 2012. Resistance to manage Phytophthora crown rot on summer squash using cultural practices and cultivar. Hortscience 47:1080–1084.
 
Zitter, T.A.; Hopkins, D.L. & Thomas, C.E. 2004. Plagas y enfermedades de las cucurbitáceas. Ediciones Mundi-Prensa. 88 pp.