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FRUTILLA


ANTRACNOSIS


MOHO GRIS

PODREDUMBRE SECA

MANCHA ANGULAR

MANCHADO DE HOJAS

OIDIO

TIZON

VIRUELA

RAIZ NEGRA
  QUEMADURA DE SOL  

 

 
AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: marzo de 2017
 
 
Hacia el final de la primavera la antracnosis es la enfermedad más devastadora de las frutillas, mientras que el moho gris lo es al comienzo de esa estación.
 
1. Síntomas
La enfermedad puede manifestarse ya en los pimpollos. En este caso la infección comienza en los pecíolos, progresa hasta los pimpollos y éstos mueren. Sin embargo, la mayor susceptibilidad ocurre cuando las flores están abiertas; las lesiones aparecen en general en el borde de los sépalos, si bien los pétalos también pueden ser afectados. Esas manchas pueden no progresar, pero si las condiciones del tiempo son calurosas y húmedas, las flores mueren rápidamente y los ramilletes pueden resultar destruidos en su totalidad, involucrando a los pedúnculos (Fig. 1).
 
Los frutos pueden  ser colonizados en cualquier estado de desarrollo.. Cuando son pequeños con frecuencia todo el ramillete muere, toman color castaño oscuro y quedan momificados (Fig. 2).
En los frutos más desarrollados o maduros en general se producen varias lesiones. Son redondeadas, hundidas y de color castaño (Fig. 3); cuando el tiempo está seco pueden presentar un halo oscuro o ser castaño oscuro (Fig. 4). En cualquier caso, cuando sobreviene tiempo húmedo, las lesiones se cubren rápidamente de una masa mucosa color salmón (Fig. 5), constituida por los conidios del hongo. Su cantidad es muy grande, como se puede comprobar al colocar un fruto con signo en un recipiente con agua (Fig. 6).
La antracnosis en general es una enfermedad asintomática hasta que el cultivo se estableció. Entonces puede causar lesiones en pecíolos, estolones (Fig.7), hojas, coronas y raíces. La relevancia de estos síntomas es variable. En el caso de las coronas, su tejido interno puede presentar bandas  oscuras porque las hifas colonizan a los vasos, lo que induce marchitamiento. Otro síntoma de las coronas es una podredumbre firme de color castaño-rojizo a castaño oscuro, asociada a marchitamiento y muerte de plantas. En las raíces el patógeno puede causar una podredumbre negra luego del transplante, desde allí puede progresar a la base de la corona. Las plantas enfermas quedan de menor tamaño o mueren.
 
 
2. El patógeno
La antracnosis de las frutillas es ocasionada por hongos; son especies del género Colletotrichum. Las más frecuentes son: C. acutatum, C. gloesporoides y C. fragariae.
Todas producen síntomas semejantes, pero la podredumbre de frutos está asociada con mayor frecuencia a C. acutatum, mientras que la de corona es debida fundamentalmente a C. fragariae; C. gloesporoides parecería ser de menor importancia.
C. fragariae y C. gloeosporoides forman colonias oscuras y acérvulas con setas castañas; el último produce su telomorfo: Glomerella cingulata. Las colonias de C. acutatum son blancas o toman diferentes intensidades de color salmón y sus acérvulas no tienen setas. Los conidios son hialinos, unicelulares y cilíndricos, con sutiles diferencias morfológicas entre las especies.
 
 
3. Época de presencia de la enfermedad
 
Primavera tardía y otoño.
 
 
4. Ciclo de vida
C. acutatum puede sobrevivir en el suelo y restos vegetales casi un año, pero se considera que la principal fuente de inóculo son los plantines. En general los mismos tienen infecciones latentes, asintomáticas; la presencia de síntomas es escasa y por ello difícil de detectar. El patógeno también puede encontrarse adherido a las raíces.
Otra fuente de inóculo son los conidios del patógeno, los que sobreviven durante varias semanas como epífitos sobre hojas de frutillas, malezas e inclusive sobre objetos. En estas superficies el hongo produce un conidio secundario, por germinación del original, cuando el mismo es estimulado por extractos florales, sustancias que pueden ser dispersadas desde las flores por la lluvia. Esta fuente de inóculo es de menor importancia, en relación a la gran cantidad de conidios que se producen sobre las lesiones.
En las plantaciones de otoño, si el tiempo es caluroso, los síntomas se  expresan en esa misma temporada. Una vez que el patógeno esporuló, como los conidios se encuentran inmersos en una matriz gelatinosa, permanecen viables, a la espera de condiciones ambientales apropiadas. Luego la enfermedad se detiene hasta que las temperaturas se hacen nuevamente elevadas, hacia el final de la primavera. De ese modo se incrementa el inóculo que se encontrará presente para el período primaveral de fructificación de las frutillas.
En cualquiera de estos casos, los conidios se dispersan con las lluvias o riego por aspersión, directamente desde las lesiones. Como los mismos son mucosos, primeramente son disueltos en la película de agua que se forma sobre los tejidos vegetales y a continuación el impacto de las gotas los moviliza a distancias cortas (no más de 25 cm); después el viento puede arrastrarlos más lejos. La matriz gelatinosa que rodea a los conidios también permite que los mismos se adhieran a ropa, manos y herramientas, por lo que esa es otra forma de dispersión del patógeno. Otra fuente directa y muy importante de inóculo es la suspensión de conidios que se produce en el agua detenida en los entresurcos. Desde allí son elevados hasta las flores y frutos por el impacto de las gotas.
 
5. Condiciones predisponentes
La antracnosis se produce con tiempo cálido (15 a 30 ºC), precipitaciones y húmedad ambiente elevada.
 
6. Otros hospedantes
C. acutatum y C. gloesporoides tienen un amplio rango de hospedantes entre dicotiledóneas, tanto herbáceas como leñosas, si bien las infecciones cruzadas entre hospedantes son en general poco frecuentes. C. fragariae tiene un rango de hospedantes muy limitado, encontrándoselo en unas pocas malezas, además de las frutillas.
 
7. Manejo y control
El manejo de la antracnosis es complejo porque no existen cultivares de frutillas resistentes a la antracnosis, solo hay algunos tolerantes. Además en los cultivos de producción de frutillas en zonas con climas húmedos, la antracnosis es muy difícil de controlar durante el período de cosecha, si previamente no se extremaron las medidas de control cultural, con la finalidad de disminuir al máximo posible la cantidad de inóculo que llega al momento de fructificación. El manejo de la antracnosis incluye dos etapas fundamentes, vivero y plantaciones de producción:
 
Viveros
Con frecuencia, los plantines constituyen la principal fuente de inóculo en los lotes de producción, por eso los viveros deben extremar las medidas sanitarias, especialmente si se encuentran ubicados en zonas con clima templado-húmedo. En las zonas lluviosas, sería preferible que las plantaciones se realicen bajo cubierta, evitándose de ese modo el efecto dispersor del patógeno  que tiene la lluvia.
Entre las tácticas generales importantes, se encuentran la eliminación de malezas dicotiledóneas perimetrales, porque constituyen posibles fuentes de inóculo; además es conveniente mantener suficiente espaciado entre distintos lotes, para evitar posibles contagios. También es muy importante extremar las medidas de limpieza y desinfección de equipos e indumentaria cuando se transita entre lotes.
Siempre es preferible el riego por goteo, o en su defecto, por surco. En cualquier caso se debe asegurar que el agua resulte eliminada rápidamente de los entresurcos.
Los suelos de los viveros se deben desinfectar, pero como también se eliminan los antagonistas, es necesario que el material de propagación se encuentre libre de enfermedades.
La utilización de material stock libre de antracnosis es un prerrequisito fundamental para el manejo de la enfermedad en los viveros. Lamentablemente aún no se dispone de un protocolo que permita certificar que los plantines se encuentran libres de antracnosis. Tan solo recientemente, Furuta et. al (2017) reportaron el desarrollo de un método molecular que permitió detectar infecciones latentes en forma satisfactoria en materiales originales.
Se puede asegurar que el material stock está libre de Colletotrichum spp. si proviene de cultivos meristemáticos, pero este método es poco usado por su costo. En su reemplazo se utiliza con éxito, tanto en forma preventiva como curativa, la terapia con agua caliente (49 ºC durante 5 minutos), aplicada a material stock dormante. La misma además controla otros patógenos, así como plagas animales; resulta más efectiva que la utilización de fungicidas.
Los cultivos se deben revisar en forma frecuente, eliminándose todo material con síntomas, así como flores y frutos, los que son extremadamente susceptibles.
 
Lotes de producción
Es conveniente evitar la presencia de malezas de hoja ancha, tanto en el cultivo como en sus proximidades, ya que son posibles fuentes de inóculo.
En caso de haber existido la enfermedad previamente, se deberán hacer rotaciones de al menos dos años e incorporar rápidamente al suelo las plantas, una vez terminada la producción.
Los cultivos de dos años son altamente perjudiciales para las nuevas plantaciones, tanto en el caso de la antracnosis como de otras enfermedades, ya que constituyen una inmensa fuente de inóculo temprano.
La dispersión del patógeno disminuye si se aplica riego por goteo y si se evita que el agua permanezca acumulada en los entresurcos.
El efecto de la densidad de plantación sobre la antracnosis depende del clima. En zonas secas, una mayor densidad disminuye la severidad de la enfermedad, ya que las flores y frutos quedan protegidos del impacto de las gotas de agua. A diferencia de ello, en climas húmedos es preferible disminuir la densidad de plantación, de tal modo que las plantas permanezcan húmedas el menor tiempo posible, después de lluvias, tiempo muy húmedo o neblinas.
Las fertilizaciones, especialmente nitrogenadas, no deben ser excesivas.
Los plantines con presencia de Colletotrichum pueden ser asintomáticos o presentar síntomas en proporciones muy bajas, por ello es conveniente tratarlos por inmersión durante 5 minutos, con un fungicida apropiado, especialmente cuando se utilizan cultivares muy susceptibles. En las plantaciones de otoño es fundamental evitar que el inóculo se incremente para el próximo verano. Para ello se debe eliminar todo material con lesiones; las flores y frutos, extremadamente susceptibles, deben ser retirados inmediatamente del cultivo.
Al igual que en el caso de otras enfermedades, se debe evitar transitar por el cultivo cuando el mismo está húmedo y siempre se debe trabajar primero en lotes sanos y  luego en los enfermos.
Con respecto a la aplicación de fungicidas, es necesario evitar que las poblaciones de patógenos se tornen resistentes, como consecuencia de aplicaciones numerosas y muchas veces innecesarias. Con ese mismo fin son aconsejables las mezclas y/o alternancias de principios activos.
En las plantaciones de otoño, si el tiempo es cálido y húmedo y aparecen lesiones es necesario aplicar fungicidas para evitar que la cantidad de inóculo se incremente. Hacia el final de la primavera, las aplicaciones de fungicidas resultan efectivas si se comienzan cuando se incrementan las temperaturas, el tiempo es húmedo y  aparecen las primeras flores afectadas. Si los tratamientos se inician cuando aparecen síntomas en los frutos, en general  es dificultoso obtener buenos resultados.
        
 
8. Bibliografía y links de interés
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AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: marzo de 2017
 
 
El moho gris de las frutillas es una enfermedad producida por un hongo. Causa pérdidas severas tanto en el campo (Fig. 1) como durante la poscosecha.
 
1. Síntomas
Las frutillas son susceptibles al moho gris cuando las flores están totalmente abiertas y luego, cuando los frutos están maduros.
Con frecuencia las flores infectadas no muestran síntomas hasta que las frutillas maduran. En algunos casos, cuando los frutos jóvenes comienzan a crecer se manifiesta una lesión castaña en los mismos o en el cáliz; finalmente el fruto muere. También puede ocurrir que las flores, e inclusive pequeños frutos, resulten infectados cuando son muertos por las heladas u otras enfermedades, como la antracnosis o la podredumbre seca. En estos casos el patógeno continúa progresando por los pecíolos en forma descendente (Fig 2). Al llegar a la corona puede contagiar otros pecíolos y pedúnculos, desde su base y las hojas mueren (Fig 3). Las coronas no son afectadas, por lo que eventualmente las plantas pueden rebrotar, pero su producción se retrasa. Este comportamiento tiene mayor incidencia cuando las flores son infectadas en el otoño.
El síntoma más evidente y frecuente es la podredumbre húmeda de frutos, que comienza cuando los mismos comienzan a cambiar de color e incrementa su incidencia notoriamente en frutos maduros. Son lesiones aguanosas, castaño claro, con límites difusos. En general comienzan por debajo del cáliz (Fig. 4), aunque pueden aparecer en cualquier lugar del fruto (Fig. 5). La podredumbre progresa con rapidez, especialmente en frutos sobremaduros (Fig. 6). Las frutillas sanas se contagian rápidamente cuando están en contacto con enfermas y también cuando reciben algún tipo de microherida, lo que es frecuente durante la cosecha.
Sobre la podredumbre aparece rápidamente un moho pulverulento que comienza siendo blanquecino (Fig. 2), especialmente con poca luz, pero rápidamente se torna gris (Fig. 4) (Fig. 5) (Fig. 6). El mismo constituye un carácter distintivo  de a la enfermedad.
Finalmente los frutos afectados se momifican.
 
 
2. El patógeno
El moho gris es causado por el hongo Botrytis cinerea. Estudios moleculares recientes han demostrado que en otros hospedantes la enfermedad es producida por un conjunto de especies muy relacionadas, las que no se pueden diferenciar por los síntomas que producen o al ser cultivadas en el laboratorio; esta misma situación podría ocurrir en frutillas e inclusive tener alguna implicancia práctica. Su forma teleomórfica (Botryotinia fulckeliana) es muy rara. El anamorfo produce conidióforos libres coloreados, ramificados en su extremo superior, donde se forman los conidios, lo que le da apariencia de cabezuelas grises (Fig. 7). Los conidios son hialinos y elipsoidales, con una pequeña protuberancia en uno de sus ápices.
B. cinerea también forma esclerocios, son irregulares y de color castaño.
 
3. Rango de hospedantes
B. cinerea es un hongo cosmopolita que afecta una gran diversidad de plantas, especialmente dicotiledóneas, tanto cultivadas como malezas; se citan más de 200 especies.
 
4. Ciclo de la enfermedad
Dependiendo de las condiciones ambientales de cada región, el inóculo inicial del moho gris puede estar constituido en alguna proporción por los esclerocios remanentes en el suelo. B. cinerea también llega con los plantines, como infecciones asintomáticas de hojas o en tejidos muertos. El inóculo además se encuentra en restos vegetales, tanto de frutillas como de otras plantas, presentes en el lote o en sus inmediaciones.
Cuando sobreviene tiempo fresco y húmedo, ya sea durante el otoño como en la primavera, el hongo puede esporular sobre tejidos muertos de hojas y sobre los esclerocios, en caso de producirlos. La magnitud y significado de estas esporulaciones es variable entre regiones y su incidencia sobre las infecciones de las flores puede ser menor en cultivos anuales.  A diferencia de ello, en cultivos bi o plurianuales el inóculo que se produce en las hojas muertas es una fuente de inóculo fundamental para las flores.
Los conidios son movilizados aún por pequeños movimientos de aire. Aunque el viento es la forma más eficiente de dispersión de B. cinerea, la lluvia también lo hace e inclusive personas, herramientas e insectos que puedan llevar adheridos los  conidios.
B. cinerea es incapaz de penetrar en forma directa en tejidos vegetales inmaduros, sino que primeramente necesita acumular energía a partir de un período de crecimiento saprofítico en tejidos muertos, los que en general son órganos florales, estambres, pétalos y polen. De ese modo logra infectar hojas inmaduras y también a las flores. Estas son extremadamente susceptibles cuando están totalmente expandidas. Las lesiones en los frutos comienzan con mayor frecuencia debajo del cáliz porque allí es donde quedaron restos florales, los que el hongo aprovecha. Otra fuente de nutrientes frecuente para el hongo son los fluidos producidos por los estigmas de las flores. Allí los conidios germinan y la joven hifa continúa elongándose en los estilos, del mismo modo que los granos de polen. Estas formas de infección son las más frecuentes, de allí la importancia del control temprano de la enfermedad.
La fase asintomática en general es prolongada; el hongo comienza a crecer activamente cuando las hojas se tornan senescentes y en el caso de los frutos, cuando acumulan algún nivel de azúcares.
Una vez que la enfermedad se encuentra presente en un lote, los frutos enfermos, así como los momificados y cubiertos de moho son la fuente de inóculo secundario. También tiene esa misma función los pétalos colonizados que son arrastrados por el viento, así como otros restos vegetales colonizados y muertos, tanto de las frutillas como de malezas. A partir de esas fuentes de inóculo B. cinerea produce rápidamente nuevos ciclos, colonizando tejidos inmaduros o frutos maduros con microheridas, como las producidas por ácaros o el efecto abrasivo de partículas de suelo, movilizadas durante las tormentas de viento.
 
5. Condiciones predisponentes
La podredumbre gris se presenta durante el final del otoño y principio de la primavera, durante días con fluctuaciones marcadas de humedad y temperatura. Además es fundamental que el tiempo sea fresco (15 a 25 ºC) y húmedo, producto de días nublados, lluviosos o con neblina. De ese modo los tejidos vegetales permanecen mojados durante la noche y varias horas por la mañana, condición necesaria para que el hongo esporule, los conidos germinen y se produzca la infección; sin embargo,  cuando las temperaturas resultan óptimas para el patógeno, éste requiere menos horas con humedad elevada.
 
6. Manejo y control
B. cinerea es difícil de controlar como consecuencia de la diversidad de fuentes de inóculo que posee, los climas húmedos que favorecen a la enfermedad,  la imposibilidad de obtener plantines libres del patógeno y porque que los cultivares son moderadamente a altamente susceptibles. A ello se debe sumar que la mayoría de las infecciones ocurren durante la floración, mientras que los síntomas más importantes se manifiestan cuando los frutos maduran. Todo esto hace que la efectividad de las aplicaciones de fungicidas dependa en gran medida de las tácticas de control cultural utilizadas, las que estarán basadas en las características de la enfermedad y del ambiente de cada sitio.
En primer lugar, como el patógeno prolifera en restos y tejidos vegetales muertos, es prioritario mantener al cultivo y sus proximidades lo más limpios posible.
En cultivos anuales es aconsejable eliminar las hojas muertas en el momento de la implantación. Con posterioridad esta práctica solo tiene efecto benéfico en cultivos orgánicos o con pocas aplicaciones de fungicidas. Se debe tener en cuenta que si se eliminan hojas con solo algunos tejidos muertos, se puede reducir el área fotosintética en un nivel tal que afecte la producción.
La mayoría de las infecciones que afectarán directamente a la producción ocurren durante la floración, en la primavera temprana, si además el tiempo es húmedo y lluvioso. Por eso es fundamental el cuidado que reciba el cultivo durante ese período y bajo esas condiciones del ambiente.
Varias tácticas coadyuvan para que las flores permanezcan mojadas el menor tiempo posible:
 

  • Utilizar riego por goteo
  • Evitar plantaciones en zonas protegidas, donde el movimiento de aire puede resultar pobre.
  • Los cultivos en invernáculos o túneles disminuyen notablemente la incidencia del moho gris, siempre y cuando esas instalaciones logren disminuir el tiempo que las plantas permanecen húmedas. Por eso, en climas con elevada humedad es fundamental hacer un manejo adecuado de la ventilación. En general los túneles grandes e invernáculos resultan más eficientes porque las fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche son menores, con lo que disminuyen las horas con HR elevada.
  • Disminuir al máximo posible la densidad de plantación, especialmente en climas húmedos.
  • Utilizar cultivares que no tengan follaje exuberante y que produzcan las flores y frutas erectas, de tal modo que queden expuestas a la acción deshidratante del viento.
  • No aplicar fertilizaciones nitrogenadas excesivas, para que el follaje no se torne exuberante. Además el nitrógeno incrementa la susceptibilidad de las frutillas frente al patógeno.

Por otro lado,  B.cinerea puede penetrar en las frutillas maduras por microheridas, por ello es importante evitarlas, especialmente durante las operaciones de cosecha.
El último control cultural de importancia es el enfriamiento de las frutas inmediatamente después de la cosecha y hasta su venta minorista.
Las medidas de control cultural podrían ser suficientes en climas secos, mientras que  en las regiones húmedas estas prácticas mejoran la eficiencia de las aplicaciones de fungicidas. Se debe tener en cuenta que los mismos tienen la función de proteger a las flores y no tienen efecto sobre los frutos. Es necesario utilizarlos cuando el ambiente se torna favorable para el patógeno, por lo que se deben aplicar cuando se pronostica tiempo fresco y nublado, lluvioso o con neblinas.
 
7. Bibliografía y links de interés
 
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AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González  
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: Diciembre de 2017
 
 
La podredumbre seca, conjuntamente con el moho gris son las dos enfermedades más importantes  de los frutos de las frutillas durante la primavera temprana.
 
1. Síntomas
             La enfermedad afecta a las infrutescencias de las frutillas en cualquier estado de madurez; también a las coronas.
En los frutos las lesiones son sin brillo y secas. Los inmaduros en general están podridos en su totalidad  y toman color castaño (Fig.1); con frecuencia está afectado el ramillete completo (Fig.2).
En los frutos maduros  se producen podredumbres secas grandes, las que pueden ser de color ámbar homogéneo (Fig.3) (Fig.4). En otros casos los bordes de las lesiones se tornan rosados, el centro castaño claro y en la parte más vieja castaño oscuro (Fig.5) (Fig.6). Los tejidos internos colonizados son de consistencia firme y toman color castaño (Fig.7). En la mayoría de los casos, las frutillas afectadas presentan un olor desagradable muy característico.
            El signo es un moho blanco (Fig.8) (Fig.9) que aparece con poca frecuencia en los frutos adheridos a las plantas, pero es muy abundante en los enfermos y descartados, apoyados sobre el suelo húmedo de los entresurcos. Ocurre lo mismo en el laboratorio, en cámaras húmedas (Fig.10). En algunos casos se pueden observar, con lupa binocular, las estructuras reproductivas del microorganismo sobre toda la lesión o tan sólo en la porción de la misma que se encuentra debajo del cáliz.
            Tanto los frutos inmaduros como los maduros se momifican; quedan de consistencia dura y de color castaño a pardo (Fig.11) (Fig.12). Este síntoma también es producido por la antracnosis (Fig.13).
En las coronas los síntomas son esporádicos en la zona NE de la provincia de Buenos Aires; aparecen primeramente en la parte superior de dichos órganos. Los tejidos recién infectados son aguanosos, color castaño claro; con posterioridad se tornan oscuros (Fig. 14). Como consecuencia de la disfunción de las coronas las hojas se marchitan, mientras que las raíces son colonizadas después de la muerte de los órganos aéreos. La expresión de dichos síntomas depende del momento de implantación del cultivo, pudiendo manifestarse a los pocos días del transplante, o durante la etapa reproductiva de las plantas. Los plantines en general son asintomáticos y con frecuencia el inóculo se encuentra tan solo externamente, en la rizósfera. En la mayoría de los casos las plantas enfermas mueren rápidamente, aunque ocasionalmente pueden recuperarse o permanecer enanas. La enfermedad es más grave cuando el inóculo se encuentra en los plantines; también son factores coadyuvantes la presencia de alguna herida en las coronas, producida durante el manipuleo de los plantines, el estrés por déficit hídrico, así como el tiempo cálido y húmedo y un fotoperíodo mayor de 13 h.
 
2. Otras enfermedades semejantes
Oidiosis en frutos, antracnosis en coronas y frutos momificados.
 
3. El patógeno
 
Phytophthora es un pseudohongo perteneciente al reino Straminipila, Phyllum Oomycota, mientras que los hongos verdaderos están incluidos en reino Fungi. Estas diferencias taxonómicas se expresan en el metabolismo, por lo que fungicidas para Oomycota son específicos para ese grupo de microorganismos.
P. cactorum produce zoosporangios ovoides, con papilas prominentes y caducos, con pedicelos muy cortos (Fig. 15). Es una especie homotálica, por lo que forma oogonios a partir de un solo aislamiento; los anteridios son paráginos.  En el interior de tejidos enfermos, especialmente cuando están momificados, se forman gran cantidad de oosporas.
Existen dos genotipos de P. cactorum, uno produce principalmente podredumbre de coronas, mientras que el otro afecta mayoritariamente a los frutos. El primer genotipo puede causar algo de podredumbre de frutos, mientras que la inversa es poco frecuente.
 
 
4. Época de presencia de la enfermedad
En la zona NE de la provincia de Buenos Aires se producen brotes epidémicos al comenzar la primavera, cuando el tiempo es fresco y lluvioso.
 
5. Ciclo de vida
P. cactorum es introducida en los lotes por medio de los plantines, los que en general son asintomáticos; además el patógeno se encuentra con frecuencia adherido al suelo que acompaña a las raíces. Después del transplante puede manifestarse la podredumbre de coronas y el consecuente marchitamiento y muerte de las plantas.
El inóculo que se introdujo con los plantines se moviliza lateralmente hasta los entresurcos. Desde allí, el aerosol de la lluvia lo hace ascender hasta los frutos. Por tal motivo existe una estrecha asociación entre los episodios pluviales y los brotes epidémicos de la enfermedad. Las precipitaciones con tamaño de gota mediano son las más efectivas, si es muy pequeño no tiene suficiente fuerza y si son muy grandes el inóculo resulta lavado. Como consecuencia de esta forma de dispersión del inóculo, las frutillas que se encuentran protegidas mientras permanecen en los túneles, así como en invernáculos, no tendrán podredumbre seca en sus frutos.
Una vez que el inóculo se depositó sobre un fruto sano en cualquier estado de maduración, la infección se produce rápidamente, con tan sólo dos horas de agua libre sobre el tejido vegetal. El patógeno esporula sobre las lesiones, produciendo zooporangios. Como son caducos, resultan fácilmente desprendidos y dispersados por la lluvia. En la mayoría de los casos germinan en forma directa y producen nuevas infecciones.
En las lesiones y frutos momificados se forman grandes cantidades de oosporas. Se ha comprobado que en ausencia del hospedante las mismas sobreviven en el suelo por lo menos durante cuatro años.
 
 
6. Condiciones predisponentes
En las regiones donde la enfermedad es endémica, se producen broten epidémicos cuando las condiciones ambientales resultan conductivas durante períodos prolongados; la temperatura atmosférica debe ser moderada  (17 a 21 ºC) y las precipitaciones frecuentes.
 
 
7. Otros hospedantes
P. cactorum tiene un rango de hospedantes muy amplio que incluye tanto plantas herbáceas como arbóreas. Sin embargo, existe especificidad entre aislamientos, de tal modo que por ej. los que afectan al manzano se comportan como patógenos débiles de la frutilla.
En la zona NE de la provincia de Buenos Aires, los cultivos de frutillas se realizan en explotaciones mixtas donde también se producen hortalizas diversas, sin embargo, hasta el presente P. cactorum no fue aislada de ninguna de ellas.
 
8. Manejo y control
            En aquellas zonas, como NE de la provincia de Buenos Aires, donde las epidemias de podredumbre seca son poco severas, es previsible que el control cultural resulte suficiente.
            El agente de dispersión de P. cactorum es la lluvia, por tal motivo no son esperables epidemias severas de podredumbre seca de frutos en cultivos en invernáculos. Ocurre lo mismo mientras las plantas permanezcan protegidas por túneles de nylon.
En primer lugar se debe considerar que las diferencias entre los dos biotipos de P. cactorum tienen su correlato en el mejoramiento genético logrado para las frutillas; se encuentran disponibles variedades con resistencia a la podredumbre de coronas mientras que el nivel de tolerancia es bajo para las infecciones de los frutos.
A nivel de lote se debe tener en cuenta que  es necesario realizar rotaciones largas si la enfermedad estuvo presente, ya que el patógeno es capaz de persistir en el suelo por más de cuatro años. La solarización tiene efectos positivos para disminuir el inóculo remanente en el suelo.
Resulta fundamental que las plantaciones se realicen en lotes donde el escurrimiento del agua  de los entresurcos sea rápido,  de tal modo que se disminuya la posibilidad de que el inóculo se movilice desde allí hacia los frutos. Se ha comprobado que al colocar paja en los entresurcos es posible disminuir en forma significativa el efecto dispersor de las gotas de agua. Sin embargo se debe considerar que ese material puede actuar como reservorio de Botrytis cinerea, el hongo productor del moho gris.
Con respecto a los plantines, es aconsejable adquirirlos con certificado de sanidad, pero se debe tener en cuenta que  el mismo solo asegura un bajo nivel de inóculo. Solo en casos necesarios se aconseja la utilización de fungicidas durante la etapa de implantación, los mismos deben ser específicos para Phytophthora, porque se pueden generar resustencias para aplicaciones durante la fructificación. Dependiendo del principio activo, se pueden utilizar por inmersión, antes de la plantación o con el riego por goteo, después de unos pocos días, cuando las raíces comenzaron a crecer.
 P. cactorum necesita que los frutos permanezcan húmedos para poder infectarlos, por lo que es muy conveniente asegurar el movimiento del aire. Con ese fin  la densidad de plantación deberá ser la menor posible y se deberá evitar que crezcan malezas.
Los frutos enfermos se deben recolectar y eliminar rápidamente, para que no actúen como fuente de inóculo.
Será necesaria la aplicación de fungicidas en cultivos a cielo abierto en lotes que presentan historia de la enfermedad o si se observaron síntomas durante la implantación; si las prácticas de manejo no resultaron adecuadas y el tiempo permanece fresco y lluvioso después de levantarse los túneles.
Los fungicidas a emplear deben ser los específicos para Phytophthora.
 
 
9. Bibliografía y links de interés
 
 
Bhat, R.G.; Colowit; P.M.; Tai; T.H.; Aradhya M.K. & Browne, G.T. 2006. Genetic and pathogenic variation in Phytophthora cactorum affecting fruit and nut crops in California. Plant Dis. 90: 161-169.
 
Conci, L.; Conci, V.;& Ramallo, A. 2015. Enfermedades de Fragaria x ananassa (Weston) Duchesne (frutilla, Fresa) En. ATLAS FITOPATOLOGICO ARGENTINO. Vol. 4, Nº 4. Eds. Nome, S.F.; Docampo, D.M.; &Conci, L.R. Disponible en:
http://fitopatoatlas.inta.gob.ar/Inicio.aspx#/ConsultaGeneral?Id=739  (01/03/2017).
 
 
Eikemo, H. & Arne Stensvand, A. 2015. Resistance of strawberry genotypes to leather rot and crown rot caused by Phytophthora cactorum. Eur J Plant Pathol (2015) 143:407–413.
 
Eikemo, H.; Klemsdal, S.S.; Riisberg, I.; Bonants, P.; Stensvand, A.; & Tronsmo, A. 2004. Genetic variation between Phytophthora cactorum isolates differing in their ability to cause crown rot in strawberry. Mycol. Res. 108: 317-324.
 
Ellis, M.A. & Madden, L. V. 1998. Leather rot. Pag. 33-35 en: Compendium of Strawberry Diseases. 2º Mass, J.L. Ed. APS Press. St. Paul, Minn. 98 p.
 
Hantula, J.; Lilja, A.; Nuorteva, H.; Parikka, P. & Werres, S. 2000. Pathogenicity, morphology and genetic variation of Phytophthora cactorum from strawberry, apple, rhododendron, and silver bich. Mycol. Res. 104: 1062-1068.
 
Louws, F.J.; Johnson, C.;  Schnabel, G.;  Melanson, R.A.;  Fontenot, K.; Burrack, H.J.; Pfeiffer, D.;Sial, A.; Jennings, K.; Brannen, P.  & Smith, P. 2017 Southeast regional strawberry integrated pest management guide. Disponible en:
http://www.smallfruits.org/SmallFruitsRegGuide/Guides/2017/2017StrawberryIPMGuide_Final.pdf (12/04/2017)
 
Madden L.V.; Ellis, M.A.; Grove, G.G.; Reynols, K.M. & Wilson, L.L. 1991. Epidemiology and control of leather rot of strawberries. Plant Dis. 75: 439-446.
 
Sharma, A.; Bhardwaj,  L.N. & Gupta, M. 2005. Leather rot of strawberry and its management. A review. Agric.Rev. 26: 59-66.
 
Seemuller, E. 1998. Crown rot. Pag. 50-51 en Compendium of Strawberry Diseases. 2º Mass, J.L. Ed. APS Press. St. Paul, Minn. 98 p.
 
Van der Sheer, T. 1971. Isolation of Phytophthora cactorum from soil in orchards and strawberry fields and differences in pathogenicity to apple. Neth. J. Pl. Pathol. 77: 65-72.
 
 

 

AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: abril de 2017
 
La mancha angular de las hojas es una enfermedad que en la zona NE de la provincia de Buenos Aires se encuentra presente casi todas las primaveras, pero no reviste mayor importancia.
 
1. Síntomas
En la cara inferior de las hojas parecen primeramente manchas muy pequeñas translúcidas, más evidentes al realizar la observación a contra luz (Fig. 1). Las mismas son angulares, porque están limitadas por las nervaduras. Luego las manchas aumentan de tamaño, toman color castaño (Fig. 2) (Fig. 3) y pueden estar rodeadas por un halo clorótico (Fig. 4). En ocasiones las lesiones afectan también a las nervaduras principales (Fig. 5) (Fig. 6) y la parte superior del pecíolo (Fig. 7) (Fig. 8). Esas hojas finalmente mueren.
Bajo condiciones de elevada humedad la bacteria sale al exterior de la hoja, produciendo una zooglea mucosa. Cuando la humedad disminuye, el exudado se seca y toma la apariencia de barniz (Fig. 9) (Fig. 10).
Eventualmente las manchas podrían afectar al cáliz de los frutos, con lo que se afecta la calidad comercial de los mismos.
 
2. Agente causal
La mancha angular de las hojas es producida por la bacteria Xanthomonas fragariae. Las características de Xanthomonas son: colonias amarillas, bastones móviles Gram negativo, oxidativo, oxidasa negativo y catalasa positivo.
 
3. Rango de hospedantes
X. fragariae es altamente específico de frutilla.
 
4. Ciclo de la enfermedad
El inóculo inicial proviene principalmente de los plantines, aunque la bacteria también puede sobrevivir en restos enfermos que perduran en el cultivo y eventualmente como colonizador sistémico de plantas de cultivos viejos.
Este patógeno es dispersado por el aerosol producido por la lluvia.
 
5. Condiciones predisponentes
La enfermedad se presenta al principio de la primavera, con tiempo fresco, lluvioso y húmedo.
 
6. Bibliografía y links de interés
Da-Ran, K. Gun-hye, G.; Chang-Wook, J.; Nam Jun, K.; Sang-woo, L. & Youn-Sig, K. 2016. Epidemiology and control of strawberry bacterial angular leaf spot disease caused by Xanthomonas fragariae. Plant Pathol. J. 32: 290-299.
 
Maas, J.L. 1998. Compendium of strawberry diseases. APS Press. 98 pp.

 

 
AUTORES: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González; Ing. Agr. Marina Yabar 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: junio de 2017
 

El manchado de las hojas es una enfermedad esporádica, en general con poca importancia. Si bien ocasionalmente puede afectar a flores, pedúnculos, frutos, raíces y coronas, es más frecuente en las hojas.

 
1. Síntomas

               El manchado de las hojas comienza como lesiones pequeñas que luego involucran grandes  áreas.  Suelen aparecer en el extremo de los folíolos y tienen forma de V. En general son de color castaño (Fig. 1), aunque algunas zonas de las lesiones pueden tomar color púrpura (Fig. 2). A medida que la enfermedad progresa, las hojas externas de las plantas afectadas con frecuencia mueren. 

 

2. El patógeno         

               El manchado de las hojas es producido por un hongo. Sobre las lesiones se forma el anamorfo,  Zythia fragariae. Produce pequeños picnidios color ámbar, que en cámara húmeda producen cirros amarillentos (Fig. 3). Los conidios son muy pequeños, unicelulares y hialinos, con gútulas refringentes en ambos extremos (Fig. 4).  Ocasionalmente puede aparecer el teleomorfo, Gnomomia comari; produce peritecios redondeados con un rostro muy largo (Fig. 5) (Fig. 6).

 
3. Ciclo de vida

El patógeno es introducido en los lotes por medio de los plantines. Los cirros mucosos que producen los picnidios sólo pueden ser dispersados por medio del agua, por lo que las nuevas infecciones ocurren después de las lluvias.
 

4. Bibliografía y links de interés

Frank Louws, F. & Ridge, G. 2014. Gnomonia leaf blotch and stem-end rot of strawberry. Disponible en: https://content.ces.ncsu.edu/gnomonia-comari-leaf-blotch-of-strawberry (02/06/2017).

Morocko, I.; Fatehi, J. & Gerhardson, B. 2006. Gnomonia fragariae, a cause of strawberry root rot and petiole blight. European Journal of Plant Pathology 114: 235–244.

AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: abril de 2017
 
1. Síntomas
El oído afecta a las frutillas tanto en las hojas como en flores y frutos. Coloniza especialmente a las hojas jóvenes. Primeramente aparecen manchas blanquecinas, algodonosas y aisladas en la cara inferior de las mismas, constituidas por el crecimiento del hongo. Estas pueden pasar desapercibidas entre los pelos foliares.  Con posterioridad aumentan de tamaño y se unen; al mismo tiempo los bordes de las hojas se doblan hacia arriba. Finalmente toda la superficie inferior de las hojas queda cubierta por el hongo. En los cv. muy susceptibles como “Camarosa” también puede ser invadida la cara superior. Pueden aparecer manchas rojizas o eventualmente castañas. Los pecíolos también pueden ser colonizados.
Las flores afectadas se deforman y quedan cubiertas  por el crecimiento del hongo. Cuando el oídio coloniza a frutos inmaduros, estos de deforman y maduran en forma irregular, presentando zonas verdes y maduras (Fig.  1). Las zonas enfermas son cubiertas por el hongo (Fig. 2). En los frutos que ya han cambiado de color o están maduros el oídio coloniza solo a las semillas (aquenios). En estos casos la pulpa de los frutos se hunde y las semillas quedan sobresalientes.
 
2. Agente causal
El agente causal es un hongo. Su forma asexual es Oidium ruborum, mientras que la sexual se llama Podosphaera aphanis (syn. Sphaerotheca maculari sf. sp. fragariae).
Las manchas blanquecinas que el patógeno forma sobre los tejidos vegetales son colonias superficiales, constituidas por hifas y conidios unicelulares en cadena (Fig. 3).
 
3. Ciclo de la enfermedad
En algunas regiones el oídio de la frutilla sobrevive fuera de su hospedante gracias a la capacidad de supervivencia de sus estructuras de reproducción sexual. En las zonas donde las mismas no se forman, el patógeno solo puede persistir colonizando hojas de frutillas y esporula cuando las condiciones ambientales se tornan favorables.
Los conidios son desprendidos y dispersados por las corrientes de aire.
 
4. Rango de hospedantes
Frutillas cultivadas y silvestres.
 
5. Condiciones predisponentes
            La enfermedad es favorecida por temperaturas elevadas (15 a 27 ºC) y ambiente húmedo (HR mayor que 75 %), pero al igual que otros oídios, el agua depositada sobre los tejidos vegetales tiene efecto inhibidor.
            El oídio puede resultar más severo en invernáculos y túneles. Allí los tejidos vegetales no se mojan, pero la humedad ambiente es elevada y además la iluminación es pobre.
 
6.  Manejo
Si bien la mejor táctica de manejo es el empleo de cv. resistentes, en el mercado solo se dispone de algunos de mejor comportamiento. Por ej. “Chandler” tiene tolerancia, mientras que “Camarosa” es susceptible.
            Es importante utilizar plantines libres de la enfermedad, lo cual logran los viveristas mediante múltiples aplicaciones de fungicidas. El problema es que el oídio genera rápidamente poblaciones resistentes a diferentes fungicidas. Por tal motivo  los principios activos que se utilizan en los viveros deben ser de un modo de acción diferente a los que se emplean en los cultivos. También se deben rotar los que se aplican durante la producción; su empleo debe comenzar cuando aparecen los primeros síntomas en el envés de las hojas.
 
7. Bibliografía y links de interés
Maas, J.L. 1998. Compendium of strawberry diseases. APS Press. 98 pp.
Mark Bolda, M. & Koike, S.T. 2015. Powdery Mildew of Strawberry. Disponible en:
http://www.calstrawberry.com/Portals/0/Reports/Research%20Reports/Production%20Guidelines/English/Powdery%20Mildew%20of%20Strawberry%20-%202015.pdf (19/04/2017).

 
AUTORES: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: junio de 2017
 

El tizón de las frutillas es una enfermedad de distribución mundial, pero solo esporádicamente  tiene importancia, causando defoliación.
 
1. Síntomas
El tizón de las frutillas afecta principalmente a las hojas, si bien también puede ocasionar podredumbre de frutos maduros y manchas en estolones.
Las infecciones ocurren en las hojas jóvenes; el síntoma comienza como manchas redondeadas, color castaño a púrpura. Luego aumentan de tamaño, son alargadas (Fig.1) y con frecuencia toman forma de V, en coincidencia con nervaduras principales. Posteriormente se hacen zonadas; la parte más vieja de la lesión es de color castaño y los bordes son notables, de color púrpura (Fig. 2) o púrpura y amarillento (Fig. 3).
 
2. El patógeno
La enfermedad es debida a un hongo, Phomopsis obscurans. Produce picnidios negros, con un rostro prominente. Esta especie de Phomopsis sólo tiene conidios fusiformes. Los mismos son hialinos, unicelulares y con una gútula refringente en ambos extremos.
 
3. Ciclo de vida
El inóculo inicial puede ser introducido por plantines o provenir de cultivos viejos cercanos, enfermos, así como de otras plantas susceptibles. Los conidios son mucosos, por lo que el agente de dispersión es la lluvia. La enfermedad aparece en el otoño o hacia el final del verano.
 
4. Bibliografía y links de interés

Frank Louws, F. & Ridge, G. 2014. Phomopsis Leaf Blight of Strawberry. Disponible en: https://content.ces.ncsu.edu/phomopsis-leaf-blight-of-strawberry (02/06/2017).

Maas, J. L. 1998. Compendium of strawberry diseases, 2nd edition. APS Press. St. Paul, MN.
 

VIRUELA

AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: Diciembre de 2017
 

            La viruela de la frutilla es la enfermedad foliar más importante.
1. Síntomas
La viruela puede afectar a todos los órganos verdes de las frutillas, así como a los frutos, pero es general aparece solo en las hojas. Los síntomas varían algo entre cultivares,  condiciones ambientales y raza del patógeno.
Las infecciones ocurren principalmente en las hojas jóvenes. Las lesiones aparecen en la cara superior, en un principio son pequeñas, redondeadas y de color púrpura (Fig. 1). Con posterioridad aumentan de tamaño, continúan siendo redondeadas, pero solo los bordes quedan de color púrpura, mientras que el centro se torna pardo a castaño y finalmente blanquecino (Fig. 2). En algunos casos, cuando se encuentran varias manchas juntas, el tejido sano toma color rojizo (Fig. 3). También pueden aparecer lesiones en la cara inferior de las hojas, pero en este caso son de color menos intenso.
En todos los órganos verdes los síntomas son muy semejantes, mientras que en los frutos se producen pequeñas manchas negras.
 
2. Agente causal
            La viruela es producida por un hongo. Su forma asexual es Ramularia brunnea. Produce conidióforos libres y conidios organizados en cortas cadenas; son mucosos, por lo que se adhieren unos con otros (Fig. 4). Los conidios son en general unicelulares, aunque pueden presentar 1 a 4 septos, son cilíndricos y hialinos (Fig. 5). Se forman en conidióforos cortos, con cicatrices conidiales prominentes (Fig. 6).
            La forma sexual es un Ascomycota: Mycosphaerella fragariae.
En base a la respuesta a cultivares diferenciales se han definido varias razas del patógeno.
3. Ciclo de vida
 
Dependiendo de las regiones, el inóculo inicial puede ser la forma sexual del patógeno. Si bien no se ha estableció su presencia en la zona N de la provincia de Buenos Aires, se considera que la probabilidad de que ello ocurra es baja, dado el clima con poca amplitud térmica de la región.
En caso de que esas estructuras no se formen, el inóculo inicial está constituido por conidios, provenientes de cultivos viejos que sobrevivieron entre estaciones.
Como los conidios son mucosos, su agente de liberación, así como el de dispersión es el agua de lluvia. Una vez que los conidios se encuentran en suspensión en el aire, pueden ser arrastrados a mayor distancia por el viento.
Durante la estación de crecimiento del cultivo se producen múltiples infecciones.
 
4. Condiciones predisponentes
M. fragariae requiere lluvias para la dispersión del inóculo. Las infecciones ocurren con al menos 12 h de humedad ambiente elevada y entre 5 y 30 ºC, si bien el hongo es más agresivo entre los 15 y 25 ºC.
 
 
5. Otros hospedantes susceptibles
 
Se considera que en condiciones naturales tan solo la frutilla es hospedante de M. fragariae.
 
 
6. Manejo y control
 
Las medidas de manejo más importantes son la utilización de cultivares de buen comportamiento y la incorporación al suelo de las plantas, inmediatamente después de haberse concluido la cosecha.
Se debe corroborar que los plantines no presenten síntomas.
Es conveniente facilitar la circulación del aire entre las plantas para lograr que la humedad ambiente disminuya rápidamente por la mañana. Para ello es aconsejable disminuir la densidad de plantación y evitar fertilizaciones nitrogenadas excesivas.
            Puede ser necesaria la aplicación de fungicidas en la primavera, cuando el invierno fue templado y húmedo. M. fragariae puede generar resistencia a algunos fungicidas.
 
 
7. Bibliografía y links de interés
 
Carisse, O., Bourgeois, G., and Duthie, J. A. 2000. Influence of temperature and leaf wetness duration on infection of strawberry leaves by Mycosphaerella fragariae. Phytopathology 90:1120-1125.
 
Heidenreich, C.   & Turechek, B. 1994. Strawberry leaf spot. Disponible en:
http://www.fruit.cornell.edu/tfabp/strawleafspot.pdf (27/04/2017).

Louws, F.; Harrison, J. & Ridge, G. 2014. Common leaf spot of strawberry. Disponible en:

https://content.ces.ncsu.edu/common-leafspot-of-strawberry (27/04/2017)

Schmid, A.; Daniel, C. & Weibel, F. 2005. Effect of cultural methods on leaf spot (Mycosphaerella fragariae) and gray mold (Botrytis cinerea) damage in strawberries. BioControl (2005) 50: 179–194.

RAIZ NEGRA

AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: abril de 2017
 
La raíz negra es una de las enfermedades más importantes de las frutillas.  Esta patología es producida por un complejo de hongos, pero la causa básica es el estrés al que se ven sometidas las plantas como consecuencia de problemas de manejo de los cultivos.
 
1. Síntomas
Dependiendo del origen del problema, las plantas afectadas se encuentran distribuidas al azar o en manchones (Fig. 1) asociados en general con sectores de los lotes con suelos más arcillosos. En el primer caso con frecuencia el problema se origina en la calidad de los plantines, mientras que el segundo responde a deficiencias en el manejo de los cultivos.
Los síntomas aéreos son variables y pueden presentarse tanto después del transplante como unos pocos días antes de comenzar la cosecha.  Las hojas pueden desarrollar un tizón intenso (Fig. 2) o tomar coloración rojiza en los bordes y tender a doblarse hacia arriba (Fig. 3). En algunos casos las plantas enfermas mueren rápidamente, mientras que en otros permanecen vivas, pero disminuyen su crecimiento, quedan enanas, producen frutos pequeños y no responden a fertilizaciones u otras prácticas de manejo.
Todos esos síntomas aéreos están relacionados con podredumbre de las raíces. Las plantas sanas tienen una abundante cantidad de raíces:  las primarias son oscuras con el centro blanco y las secundarias totalmente blanquecinas. Cuando las plantas están afectadas por la raíz negra, prácticamente no hay raíces absorbentes y las pocas que quedan se han oscurecido o presentan manchas; el cilindro central de las raíces principales se oscurece. La corteza se desprende fácilmente, porque se encuentra podrida (Fig. 4) (Fig. 5).
La corona puede tomar una coloración parduzca, aunque ese síntoma no es frecuente.
La raíz negra puede confundirse con otras patologías que afectan a la corona, como la podredumbre seca, la verticillosis o la antracnosis. En estos casos también se produce raíz negra, pero como síntoma secundario.
 
2. Organismos causales
Los principales patógenos asociados a esta patología son  especies de Rhizoctonia solani y Pythium. El primer  género corresponde a un hongo verdadero, mientras que el segundo es un pseudohongo (reino Straminipila).
R. solani produce micelio coloreado, con ramificaciones que en general se originan a 90 º, las mismas son de menor diámetro en la zona de bifurcación y hay un tabique junto al nacimiento de la nueva hifa (Fig. 6). El micelio viejo se hace toruloso; forma esclerocios amorfos. No produce esporas y muy raramente estructuras sexuales.
Pythium posee micelio cenocítico (sin tabiques), siempre hialino. Las colonias son blancas y en general de crecimiento muy rápido. Produce zoosporangios redondeados o filamentosos. Muchas especies tienen reproducción sexual; forman oogonios pequeños que con frecuencia son ornamentados. 
 
3. Factores predisponentes
En general en los suelos arenosos  predomina Pythium, mientras que en  los pesados lo hace R. solani, con variantes entre lotes.
Este tipo de microorganismos se encuentran siempre presentes en el suelo e infectan las raíces con temperaturas bajas (menores de 20 ºC) y suelos húmedos.
La raíz negra se presenta con mayor incidencia cuando las plantas sufren algún estrés, como los producidos por ej. por suelos saturados en la zona radicular, ataque severo de otros patógenos e inclusive nematodos, aplicación incorrecta de herbicidas o plantines de calidad deficiente.
Se debe destacar que los factores  predisponentes de mayor importancia son por un lado el monocultivo de frutillas; cuando ello ocurre la cantidad de plantas afectadas aumenta año tras año. También la calidad de los plantines reviste importancia. Cuando son de mala calidad, especialmente con raíces dañadas, resultan colonizados fácilmente por los patógenos presentes en  los suelos.
 
4. Manejo
Varios patógenos y factores del ambiente se conjugan en la producción de la raíz negra, por lo que ningún método de control, utilizado en forma independiente, resulta totalmente efectivo. Algunas posibilidades de manejo que se pueden emplear para disminuir la incidencia de la enfermedad son:
a. Selección de lotes
La raíz negra es más grave en suelos con acumulación temporal de agua. Por tal motivo resultan ideales los lotes ubicados en las lomas o media loma, de tal modo que se pueda eliminar rápidamente el exceso de agua; los suelos deben tener buen drenaje, para lo cual deben ser profundos y sin compactación.
b. Rotaciones
Los hongos que producen la enfermedad incrementan sus poblaciones a medida que se nutren de las plantas que colonizan, por lo que la enfermedad se incrementa año tras año. Ese ciclo se corta con rotaciones de cultivos de  dos a tres años. Es ideal rotar con cereales, porque al incorporarlos mejoran la estructura del suelo y como consecuencia de ello el drenaje.
c. Sistema de cultivo.
Las raíces deben permanecer el menor tiempo posible en suelo saturado. Para ello los lomos deberán ser elevados, los riegos no excesivos y se debe asegurar la rápida eliminación del agua de los entresurcos.
Se deben evitar situaciones que produzcan estrés en las plantas, por lo que la aplicación de herbicidas debe ser correcta y se debe evitar la presencia severa de otras enfermedades y nematodos.
d. Plantines
No existen cultivares resistentes.
Los plantines deben ser de buena calidad, con una cabellera de raíces abundantes y  sanas. Se deben descartar las partidas que incluyen plantas con pocas raíces secundarias y/o oscurecidas (Fig. 7).
e. Fumigación del suelo
La fumigación de los suelos previamente a la plantación puede tener buenos resultados, aunque no siempre.
 
5. Bibliografía y links de interés

Michael A. Ellis. 2016. Black Root Rot of Strawberry. Disponible en: http://ohioline.osu.edu/factsheet/plpath-fru-05 (02/05/2017).

Frank Louws. 2014. Black Root Rot of Strawberry. Disponible en: https://content.ces.ncsu.edu/black-root-rot-of-strawberry-1 (2/05/2017).

 

QUEMADURA DE SOL

AUTOR: Dra. Ing. Agr. Beatriz A. González 
Departamento de Tecnología, Universidad Nacional de Lujan
FECHA DE CREACION: abril de 2017
 
La quemadura de sol de las frutillas ocurre en los frutos que reciben la luz solar de mayor intensidad diaria, es decir en los sectores de las hileras que se encuentran expuestas al norte o al oeste.  Ocurre con tiempo soleado y temperaturas elevadas, después de días nublados y frescos.
Las lesiones aparecen durante la maduración; son grandes y en general su ubicación está relacionada al cáliz. La zona afectada en principio se torna más clara y blanda (Fig. 1); posteriormente se seca y toma color castaño claro (Fig. 2).
 
Bibliografía y links de interés
Ontario IPM. 2009. Sunscald. Disponible en:
http://www.omafra.gov.on.ca/IPM/english/strawberries/diseases-and-disorders/sunscald.html
(25/04/2017)